Pesadilla en la ciudad amurallada.
Continuando
con la serie que empecé con 7 días 7 ciudades, os iré trayendo a estas páginas,
algunos amigos que con su arte, hacen que la visión de nuestro entorno sea
mucho más rica, interesante e intensa. En esta ocasión os traigo el trabajo de
Jesús Crende Novoa.
Cabecera de su página de Facebook.
“…Vi que el
Cordero rompió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto. El sol se
oscureció como si se hubiera vestido de luto, la luna entera se tornó roja como
la sangre, y las estrellas del firmamento cayeron sobre la tierra, como caen
los higos verdes de la higuera sacudida por el vendaval…” Apocalipsis 6:12-13.
La Catedral de Lugo, en un futuro imaginario o real.
Aunque a
priori la visión de Jesús sobre la Ciudad Bimilenaria parezca catastrófica, es solo
una forma de encarar sus diseños, una actitud, no derrotista, sino más bien de
advertencia de lo que puede suceder, si no cuidamos nuestro entorno y nuestro
patrimonio.
Desde la
más tierna infancia Crende (para los amigos), jamás soltó su lápiz, siempre
hizo dibujos de todo lo que veía y de todo lo que imaginaba. Eso le ha dado una
muy particular visión de todo aquello que nos rodea, sean monumentos o lugares, esculpe el tiempo como si lo hiciese a martillo y fuego, dejando atónitos a
propios y extraños con sus ilustraciones, nada está al azar. El detalle forma
parte de un todo, por una razón que en la mayoría de las ocasiones solamente
conoce el artista, pero que sin duda deja al espectador inquieto y con ganas de
ver más.
"La Mosquera", permanece hierática ante el final...
Ese deseo
de “ver más”, fue el que me espoleó para pedirle que me dejase tirarle unas
cuantas fotos, y charlar con el de primera mano sobre esta serie de
ilustraciones.
Cada imagen
es una poesía al caos, a la miseria, al desastre, a la frustración, pero con un
orden establecido por él como si de un director de orquesta se tratase, con una
sinfonía en la que las notas son los certeros trazos que se clavan en las
retinas como estacas envenenadas, para remover conciencias.
El Círculo de las Artes, otrora testigo de fiestas.
Sus manos, curtidas por las horas de trabajo, dibujan sin aparente esfuerzo las líneas que definen el errático comportamiento del ser humano.
La limpieza de los trazos "sin regla", es indudable.
Pasado y presente se mezclan en un cóctel que no deja indiferente.
Cada milímetro de sus trabajos tiene una función, su único fin es transmitir una sensación difícil de plasmar en palabras, pero que hacen valer el viejo dicho de: "una imagen vale más que mil palabras".
Puerta de Obispo Aguirre. La desolación se aferra a la ciudad.
A veces la imaginación nos juega malas pasadas, pero el dejar libre esa parte tan importante de nuestro yo, nos ofrece la visión de algo superior, de algo tan cercano al terror, que tiene una enorme belleza.
Logotipo.
Muchas gracias Crende, por tú trabajo, por tú tiempo y por compartir estas fotos a través de mi blog.
Hasta pronto, y no dejes nunca de soñar, aunque para otros sean pesadillas...;)
Graciñas por compartir .
ResponderEliminarDesde logo que resulta inquietante,pero agora mesmo, co meu ánimo, prefiro estas obras que ...calquera outra.
Unha aperta
De nada Marisa, ânimo e moito obrigado pela visita o blogue.
EliminarGrande abraço.
Una pasada!!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias Moni. Un abrazo
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